No te asustes por el precio que las mías cuestan menos de la mitad.
Dicen que Eugene Schwartz, uno de los mejores copywriters de la historia y que anticipí hace más de 50 años que los mensajes de “gana pasta y cambia tu vida con mi curso”, no funcionarían en 2022, cobró una página de ventas por 50.000 dólares.
Es decir, medio milloncito de hoy en día inflación mediante.
Vamos, un par de facturas de la luz.
En su libro “Breakthrough advertising”, publicado tres años antes de que Armstrong y Aldrin pisasen la luna, definió los cinco niveles de consciencia por los que pasa una persona antes de comprar.
Estos niveles son:
– inconsciente del problema o “de qué me hablas, a mí no me pasa eso”
– consciente del problema o “tienes razón que me duele más de lo que pensaba”
– consciente de la solución o “anda, que existe forma de solucionar lo que me pasa”
– consciente de tu producto o “lo que vendes tiene buena pinta, me mola tu rollo”
– inconscientemente decidido o “estoy a punto de marcar el CVV de mi tarjeta”
Y aunque esto tiene matices, el amigo Eugenio dijo que un texto de copywriting es malo cuando trata de educar a su cliente.
¿Por qué?
Porque uno no puede convencer a nadie.
Porque el proceso de venta se alarga mucho.
Porque si alguien no sabe que existe lo que vendes, es un cliente no cualificado.
Porque el coste de adquisición de cada cliente es muy alto.
Porque se gana más dinero cuando el cliente que está preparado para escucharte, se convence solo de que quiere marcar el CVV contigo.
O educas o vendes, decía Eugenio.
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