Te cuento algo que me pasó con una clienta en verano de 2021.
En la época a.d.G (antes de Gonzalo) ella había vendido un programa formativo de forma “extraoficial” a un par de personas.
Era una mentoría de doce semanas con sesión individual semanal, revisión del trabajo y soporte todo el tiempo.
La había vendido a un precio de 1.500€.
Ahora quería lanzar oficialmente la mentoría a su lista de suscriptores, así que me pidio dos cosas:
Primero, que le ayudase a crear una propuesta comercial atractiva para que sus clientes percibiesen mucho valor.
(A ponerle un envoltorio bonito a su producto, vamos).
Y segundo, que le escribiese la página de ventas.
Mi clienta dedicaba muchísimo tiempo al soporte personal y a revisar el trabajo de sus clientes, así que le insinué que se estaba malvendiendo un poco.
Cuando le sugerí que debía subir el precio, me respondió:
«Ayyyyy, no sé»
(Te traduzco: «Tienes razón, solo que me acojona subirlo»).
Lo del precio quedó en el aire y cambiamos la forma en que daba soporte (sin quitarle valor para el cliente) para que no le saliese la hora a precio de becaria.
Cuando le escribí la página de ventas, le puse 1.900€ en el precio de su producto y le dejé escrito el siguiente comentario:
«Pon el precio que querías, no recuerdo cuál era»
Como haciéndome el tonto, igual que cuando te dicen:
«Esta noche estoy sola en casa, ¿te vienes a ver una peli? jijiji»
Unos días después, aún con la página sin publicar, me escribió para decirme que había vendido la mentoría a dos personas que le contactaron… con el nuevo precio, a 1.900€.
Dos semanas después, vendió la tercera.
¿Qué significa esto?
Que aún sin recoger los resultados de la nueva página, ahora solo necesita 3 clientes para ganar casi lo mismo que antes con 4.
Te cuento esto por dos cosas:
La primera, porque todos necesitamos contar con alguien que nos aporte perspectiva sobre nuestro negocio desde fuera.
Es muy difícil que valoremos objetivamente lo que vendemos y cómo lo hacemos porque tenemos el alma demasiado puesta en el negocio.
A veces cobramos menos de lo que merecemos por poner nuestros precios en base a la competenciao por miedo a no vender.
Y la segunda, porque tu precio debe ir acorde a tu valor percibido y al tipo de cliente con el que quieres trabajar.
Esto no va de ser caro “porque sí”.
Esto va de que tu valor percibido se dispara cuando cuentas con buen mensaje de ventas.
Adivina quién puede ayudarte a esto cuando producto, estrategia y copywriting deben ir a la par.
Suscríbete a mi lista anda, que estoy solo en casa y está empezando la peli: