Situación 1:
Vas a cenar a un restaurante y cuando cruzas el umbral de la puerta, lo primero que te preguntan es si pueden ayudarte.
Te acompañan a la mesa, te sientas y en vez de darte una carta o un QR, el camarero se te pone a explicar lo que puedes comer allí.
En cada plato, se para a explicarte lo que contiene.
Cinco minutos después de comenzar, cuando termina, ya no te has acordado del primer plato…
Imagina al camarero teniendo que repetir esta conversación con cada mesa en vez de hacer cosas más útiles para el negocio como.. ¿repartir la comida a los comensales y aparecer solo cuando alguien lo necesita?
Situación 2:
Imagina que entras en el restaurante y el camarero desde el fondo asiente indicándote la mesa libre.
Allí hay una carta donde aparecen todos los platos detallados de forma “persuasiva”.
Al rato miras hacia el fondo indicando al camarero que se acerque.
Él está pendiente de aparecer cuando tú lo necesites pero no está encima de ti todo el rato y te deja tu espacio para que puedas ver con calma la carta.
No te la tiene que contar ni se la tiene que repetir a cada comensal, por lo que puede dedicarse a otras tareas más rentables para el dueño del negocio y más fructíferas para sí mismo.
Te cuento esto porque la situación 1, que quizás te parezca absurda, es lo que hacen la mayoría de páginas web con sus sistemas de bots de tontería artificial…
… cuando sería mucho más eficiente tener unos textos persuasivos que hagan que el lector no necesite hablar con nadie (salvo que tenga una duda) hasta comprar, porque todo viene explicado en la web.
Bueno, ya sabes lo que viene ahora…
Tengo una newsletter y si eres fanático de utilizar los sistemas de tontería artificial de forma ineficiente no te va a gustar nadita.
Pero si quieres que tu web exprese de forma clara lo que ofreces y que tus potenciales clientes sepan por qué deben elegirte, para dejar de ser parte del 99% de webs que no se sabe ni lo que venden, quizás te interesa apuntarte: