Corría el año 1992, en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos.
Por el bando republicano, George Bush padre se presentaba a la reelección.
Por el bando demócrata, Bill Clinton.
Ross Peirot era un candidato independiente, populista de derechas.
Cuentan que a Clinton le gustaba hacerse el experto sobre cualquier tema cuando le preguntaban, aunque no tuviese ni idea:
«¿Cuál es la relación de USA con los estados europeos del este ahora que la URSS ha caído?»
«Tranqui, ahora somos la primera potencia sin discusión»
«¿Qué medidas vas a llevar a cabo para hacer frente a la subida de impuestos?»
«No te preocupes, todo irá muy mejor y mucho mejor»
«Me han dicho que el melón es indigesto de noche, ¿lo echarías a la macedonia?»
«Tómalo igual, no pasa nada. Hazme caso que de mezclar, controlo…»
Cuatro años antes, Bush había centrado su campaña bajo la promesa de no recaudar más impuestos en un momento en que la economía del país había empeorado.
Sin embargo, tras ser elegido como presi, adivina qué pasó:
exacto, un político que no cumplió su promesa y subió impuestos
Los asesores políticos de Clinton tenían claro que debían centrar la atención de la gente en una sola idea para ganar las elecciones: la recesión de la economía.
Y como sabían que su incontinencia verbal dispersaba la atención de la gente, James Carvill (su mano derecha), le dijo un día a su equipo de campaña:
«No seamos demasiado listos. No pensamos que somos muy intelignetes, limitémonos a recordar a la gente lo básico»
Unos días después, el candidato independiente Ross Peirot empezó a captar la atención de los votantes al hablar de equilibrio presupuestario.
Cuando Clintón comenzó a ponerse nervioso y estaba dispuesto a cambiar su discurso, Carville le recordó:
«Necesitamos racionar los mensajes. Si dice tres cosas, no está diciendo nada»
El eslogan de Clinton de aquella campaña, refiriéndose al retroceso de la economía, fue una lección de cómo resumir una idea en cuatro palabras:
«Es la economía, idiota»
Tras veinte años de dominio republicano, Clinton ganó aquellas elecciones y fue reelegido en 1992.
Después se metió en líos de faldas y el final de la historia ya te lo sabes.
Yo con las faldas no puedo ayudarte pero lo de simplificar tu mensaje para transmitir una sola idea y que te compren, se me da algo mejor.
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