Te cuento algo que sucedió en 2021 en una carrera de Fórmula 1:
Lando Norris, con 21 años, lidera la carrera a falta de pocas vueltas y tiene la oportunidad de ganar por primera vez en su vida.
Le pisa los talones Lewis Hamilton, heptacampeón del mundo.
De repente, comienza a llover y cada uno debe tomar una decisión: si entran en boxes a poner neumáticos de lluvia o no.
Si la lluvia va a más, el que no entre en boxes corre riesgo de patinar y decir adiós a la carrera.
Llevaban mucha distancia al tercero que, si ambos entraban en boxes, mantendrían posiciones o se las intercambiarían.
Iban pegados, por lo que debían decidir a la vez si entraban o no, sin poder esperar a ver qué hacía el otro…
Difícil decisión:
– Si la lluvia iba a más, el último en entrar perdía todas las opciones de ganar.
– Si la lluvia se mantenía ligera, podían aguantar hasta el final las cuatro vueltas que faltaban.
Quedándose en pista, Hamilton se arriesgaba a perder un montón de puntos en el campeonato…
… aunque para Norris ser segundo era casi un triunfo, él quería ganar así que era la victoria o la vida.
¿Qué pasó entonces?
Mientras Hamilton entraba en boxes, Norris le echó huevazos y se mantuvo en pista.
A la vuelta siguiente se puso a llover a mares y el coche de Norris empezó a parecer conducido por un mono borracho.
Hamilton ganó, Norris quedó séptimo.
Cuando terminó la carrera, los periodistas con mentalidad de perdedores y a toro pasado, dijeron “Yo habría entrado en boxes”.
Cualquiera que tiene un negocio y juega a ganar, sabe que la de Norris es la mentalidad correcta.
Esos periodistas tienen la mentalidad de los que están deseando que te salga algo mal para decirte “Te lo dije”.
Mientras unos tienen un mensaje de ventas más insulso que comer All Bran a pelo, otros se atreven a tener su voz.
Mientras unos esperan a ver qué hace su competencia y que las ventas lleguen por mandato divino, otros toman la delantera y lideran el cambio.
Y joder, agarrar el miedo y ser tú quien juega a ganar para decir al resto “Te lo dije”, eso no tiene precio.
Eso sí, para eso hay que atreverse a mover el culo.
Tranqui, no pinta que vaya a llover.
Si hace falta, llevamos paraguas.
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