Había una canción de rap que decía: “Cuántos más tíos conozco, más quiero a mi perro”.
Me ha venido a la cabeza porque cuanto más tiempo pasa y a medida que hablo con más personas, cada vez tengo más claro por qué fracasan la mayoría de negocios.
Con fracasar me refiero a que se van al garete o a que sus resultados son mediocres en comparación con lo que podrían facturar.
Ahí va mi teoría:
La mayoría de negocios fracasan porque limitan el número de cosas que prueban a lo que sus creencias les dicen que funciona…
…y porque no encuentran al profesional adecuado en las estrategias que menosprecian y que les pasan desapercibidas.
Se van a lo complicado y se olvidan de lo simple aunque lo tengan delante de sus ojos porque probaron con alguien con quién “no funcionó” y a lo mejor lo que falló fue su elección con ese “alguien”.
No lo intentan el número suficiente de veces.
No prueban opciones que su ego les dice que no funcionan o si lo hacen, las menosprecian al primer intento en que no sale.
Muchas personas dicen que el éxito es un golpe de suerte.
Lo dicen aquellas que miran recelosas a las que “triunfan” sin conocer el contexto ni la historia que hay detrás.
La realidad es que estas personas han intentado mil cosas y les han salido tres, lo que pasa es que los demás solo ven la punta del iceberg.
(Estoy generalizando, claro, también hay tontos con suerte).
Y si estas personas no lo intentan lo suficiente y menosprecian que los textos son fundamentales para vender y que su estrategia debe enfocarse en recoger direcciones de correo y enviar emails a su audiencia…
… es porque están tan sesgados por su propia realidad que piensan que “eso no funciona” para ellos.
No es malo estar sesgado, todos lo estamos.
Lo malo es que no abrirnos a nuevas opciones por apegarnos a nuestras creencias nos hace perder tiempo y dinero.
Menos mal que no estoy aquí para convencerte.
Si tuviese un negocio donde las ventas fuesen menores de lo que me gustaría, delegaría en un asesor de marketing (y copywriter) que trabaje de la siguiente forma:
– primero, que estudie qué camino debe seguir un cliente potencial para comprarte
– segundo, que piense qué piezas de copy debe escribir para convertir desconocidos a clientes
– tercero, que escriba esos textos o emails de venta
– y por último, que estudie cómo atraer desconocidos a ese sistema de ventas
Y si invirtiese en un profesional del marketing (opinión sesgadísima), lo haría en alguien ajeno a mi empresa, por eso de que todos necesitamos perspectiva de alguien desde fuera.
Si te contase el dinero que he invertido en asesorarme por terceros, igual no te lo creerías.
Pero si crees que lo anterior es posible, que las ventas pueden llegar si cuentas con alguien que te eche una mano…
…si crees que puedo ser la persona que buscas, suscríbete a mi lista y hablamos: