Todo lo que nos sucede afecta a nuestras creencias y emociones.
De todas estas vivencias, nuestra mente crea un programa mental, es decir, una forma de pensar, ver y estar en el mundo.
Y aunque este programa mental puede cambiar a medida que crecemos, lo que nos sucede de pequeños es lo que más nos influye.
(Ok, hasta aquí no he descubierto la pólvora)
Ahora, escucha:
Dice la psicología transpersonal que cuando sufrimos un proceso traumático, nuestro programa mental no es capaz de asimilarlo.
Y como el impacto es muy fuerte, nos afecta a nuestra vida de forma consciente o inconsciente.
Tanto que no somos capaces de avanzar porque nuestra mente “peta”.
Como cuando envías un archivo muy grande por email, que el ordenador se queda loquísimo.
Llevemos esto a las ventas.
Hay personas que no dan importancia a su mensaje de ventas, mientras otras saben que el primer impacto debe dejar “loco” a su lector para que se acuerden de ellas.
Igual su potencial cliente está pensando en bañar a sus hijos, en cómo librarse de su suegra o de no dejarse un riñón la próxima vez que eche gasolina.
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