Me preguntó un suscriptor cómo haríamos si me encargase de enviar emails diarios a su lista de suscriptores.
Y si para dar personalidad a sus emails, les incluiríamos el logo de su empresa.
Como es una pregunta que recibo con frecuencia y dicen que la pregunta de uno es la de mucho, la respondo por escrito no sea que te interese y seas tímido para preguntar.
Te cuento cositas:
Cosita uno
Si yo escribo tus emails, nadie sabrá que soy yo (tú sí,a ti no te lo oculto).
No los firma el Jedi Pelirrojo ni Gonzalo Abelaira, los firma quien quieras.
Pueden ir a tu nombre, al de tu responsable de marketing, al de tu vecina…
Lo único importate aquí es que debe firmarlos una persona.
No un “ente”, no un ornitorrinco: tus suscriptores deben sentir que están “hablando” con una persona cuando reciben y respondan a tus emails.
Cosita dos
Yo escribo emails a mi lista en base a mi personalidad (incluyendo mis taras) y a un discurso de venta que conecta lo que vendo con lo que quiere mi audiencia (sí, tú).
Mi comunicación con tus suscriptores tendrá la personalidad de tu marca y un discurso de venta que conecte lo que tú vendes con lo que tu audiencia quiere.
De saber qué quiere y de construir ese discurso, me encargo yo.
La personalidad te la tienes que traer de cada y a partir de ella, yo construyo tu voz.
Y por cierto, las taras no van incluidas en el precio (se pagan aparte).
Cosita tres
El tono de tus emails dependerá de la personalidad de tu marca, y más de ti que de mí.
Me explico:
Algunos clientes me piden que sea muy fresco y explote el humor en los emails, otros quieren algo “más informal”.
Ahora bien…
Me da igual si piensas que con tu cliente hay que ser “muy cordial” porque es alguien “muy serio y ocupado”.
Tu cliente es una persona y la gente lo que quiere en tus correos es que no les aburras.
No tienes por qué ir de gracioso, tienes que sonar entretenido.
Para ponerse de mala leche ya tiene las noticias y los emails del banco.
Cosita cuatro
Ser cercano con tus suscriptores no es incrustar un logo en tu firma, vestirte de ejecutiva en las fotos ni poner una de stock con gente sonriente mirando una a la otra mientras hace que “trabaja”.
Truco rápido: si lo que quieres incluir lo utilizaría tu banco o se parece a publicidad, te lo cargas de tu comunicación.
Cosita cinco
Ser entretenido o utilizar el humor, NO es suficiente.
¿A cuántas personas graciosas conoces que estén forradas? A Emilio Aragón, a los Globetrotters…¿y alguien más?
La persuasión es tan importante como el entretenimiento en tu comunicación.
Cosita seis
La opinión de tus allegados (¿aún se dice así o ya lo han cambiado en el BOE?) o de tus colegas de tu competencia sobre tus textos… da igual.
Ninguna abuela diría de su nieto que no es guapo aunque sea más feo que un murciélago.
No pidas opinión a tu entorno de lo que opina sobre tus textos porque no son público objetivo, no te líes.
La única opinión que importa es la de tu cuenta bancaria.
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