Si vendes productos o servicios de varios miles de euros, este texto te interesa especialmente.
Si no, puede que también, atiende my friend:
Hace un tiempo vi una entrevista a un closer de ventas.
Si no conoces el término, un closer es un comercial de toda la vida con un nombre más cool (para parecer moderno) porque hace la captación de clientes offline en vez de online.
El trabajo del closer era llamar a personas que antes se habían suscrito a un embudo de ventas o leído una web y que habían mostrado interés por la compra.
Cuando el closer les llamaba por teléfono, cerraba la venta (o no).
Estos productos solían ser servicios caros como formaciones B2B, cursos high-ticket o mentorías, de cuatro cifras para arriba.
¿Qué problema tenía el closer a.d.C (antes del Copywriting)?
Que las llamadas casi siempre eran a leads random.
¿Qué es un lead random?
Alguien que tras suscribirse a una lista de correo o cubrir un formulario web, quiere saber más info del producto… aunque no tiene suficiente interés en comprarlo.
Unas veces porque no tiene un problema urgente que resolver… y otras porque los textos no le generan deseo de compra.
El closer contaba que sufría de “pánico telefónico” (el concepto me lo he inventado yo) porque no sabía qué iba a encontrar al otro lado del teléfono cuando llamaba a los prospectos, que solían ser personas más curiosas que convencidas.
Que su trabajo no era convencer a nadie, sino dar el último empujón a los casi convencidos.
Que los milagros, en Lourdes.
El caso es que una mañana de primavera el closer descubrió el copywriting y comenzó a darse cuenta de que algunos de sus clientes lo utilizaban en sus webs, y otros no.
Cuando trabajaba con negocios que aplicaban copywriting, notaba una diferencia abismal en el cierre respecto de antes:
Recibía menos llamadas (ahorrando tiempo) porque filtraba mejor a sus clientes, captaba más clientes para sus clientes y ganaba más money.
Además, el closer ahora podía elegir mejor en qué proyectos trabajar.
Te digo esto porque si eres buen vendedor (o tienes buenos comerciales) y tus textos no están a la altura de lo que tu empresa se merece…
…se me ponen los pelos como a Pippi Calzaslargas de pensar en qué podría pasar si cambiases tus textos.
Si te interesa recibir a tus prospectos más calientes que el palo de un churrero para que apenas tengas que empujar “el balón” hacia la portería, lo primero es que te suscribas a mi lista para recibir mis consejos diarios de copywriting y ventas: