Hace un tiempo, un día del cual no quiero acordarme, estuve viendo vídeos de YouTube del Diario de Patricia.
(No me juzgues…además estaba sobrio…)
Si vives en España y eres boomer o de la primera generación de millenials, ya sabes de qué programa hablo.
Si no, te cuento:
Era un reality que echaban a la hora de merendar hace veinte años (cuando aún podías encender la televisión sin intoxicarte) adonde la gente iba a contar sus dramas familiares y sus enredos amorosos.
El nivel habitual de inteligencia de los invitados era como cuando pones en el currículum “inglés medio-alto” y apenas chapurreas un “Jelou, jaguar you?”.
En casi todos los vídeos del programa aparecía un machirulo diciendo frases como:
«Soy muy bueno en la cama»
«¿Cómo no va a querer acostarse conmigo si me mide 25 centímetros?»
«¿Por qué no me quiere con lo bueno que estoy?»
Unos “machotes”.
Era simpático porque los machirulos llegaban a plató convencidos de estar en posesión de los argumentos (de venta de venta) definitivos para que sus “potenciales clientas” cayesen a sus pies.
Lo malo para ellos es que sucedía justo lo contrario:
Cuando una chica se topaba con el machirulo en el programa y este intentaba enamorarla con el poder de las palabras, ella escapaba corriendo porque no quería saber más de él.
(Ellos se iban con el rabo entre las piernas…)
Llevémonos esto al mundo online:
Son muchos los negocios que, quizás de forma inconsciente, se hacen el machirulo en sus webs diciendo cosas como:
«Somos los líderes del mercado»
«Somos tu empresa de confianza»
«El cliente es nuestro centro»
o que piensan:
«No entiendo por qué no me compran, si yo (insertar excusa)»
«La gente no sabe apreciar mi valor»
Hablan desde el ego en vez de pensar en lo que quiere su cliente y ahí se pierden muchas ventas.
Lo bueno de poner excusas cuando no nos compran es que es liberador, lo malo es que no nos ayudará a vender más.
Y presumir de centímetros estaría muy bien si no fuese porque cualquiera puede decir que tiene el rabo largo y competir en”argumento”.
Conozco una forma mucho más sexy y efectiva para que te compren:
Sembrar en la mente del lector lo que quieres que piense de ti, sean cuáles sean tus “atributos”.
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